Estudiantes cordobeses construyendo la Reforma Universitaria del 1918, estudiantes junto a los trabajadores en el Cordobazo, estudiantes secundarios chilenos haciendo la Revolución Pingüina, estudiantes mexicanos, bolivianos y argentinos peleando por su Universidad, estudiantes en Bs. As. tomando sus escuelas.....

Raíces latinoamericanas, raíces de justicia, libertad e igualdad, raíces humanas, raíces con savia/sangre que no coagula, raíces que auguran flores de primavera, raíces que se nutren de cada lucha, de cada compañera y compañero.

Son esperanzas, encuentros, pensamientos, acciones, sueños y realidades, encarnados en aquellas personas que no dejan de resistir el mundo que no elegimos y de insistir en la construcción de uno nuevo, para todos y todas.

Hay quienes se ocupan y se han ocupado de cortar brotes, negar las raíces, no permitir que se alimenten; pero nuestras raíces tienen la extraña característica de la inmortalidad quizás porque nunca han dejado ni dejarán de moverse en la búsqueda de árboles de crecimiento sin límite.

Esas raíces en movimiento saben que somos much@s l@s estudiantes de nivel secundario, terciario y universitario que pensamos en organizarnos para conseguir una educación verdaderamente pública, gratuita, de calidad y para el pueblo.

Cada compañera o compañero con quien nos encontramos en esta búsqueda reverdece aun más las raíces y comienzan a moverse con más ímpetu. Te estamos esperando en la continua construcción del Movimiento Estudiantil.


"VAMOS A CONTESTAR UNA Y MIL VECES QUE SÍ, QUE SÍ SE PUEDE". Ernesto "Che" Guevara



Lo conforman hasta hoy:

Estudiantes del Colegio Cassaffousth, del Instituto de Educación Córdoba, del San José, del ISFD Reneé Trettel, del ISFD Leguizamón, del IPEF, la Escuela de Teatro Roberto Arlt, de la Lic. y Prof. en Cs. Biológicas. (UNC), de Sociología (UNVM) de Bellas Artes (UNC), de la Lic. en Trabajo Social (UNC), de Lic. en comunicación social, de Lic. en Kinesiología y Fisioterapia. (UNC), , Facultad de Psicología (UNC) Facultad de Filosofia y Humanidades (UNC):Cine y Televisión, Cs de la Educación, Antropología e Historia, Facultad de Cs Agropecuarias, Facultad de Lenguas (UNC)

lunes, 7 de febrero de 2011

La Escuela y el Estado (primera parte)

Partimos desde la pregunta,  como camino hacia un hacer reflexivo y autocrítico que posibilite accionar conscientemente para lograr la educación que queremos.  En este sentido, nos preguntamos ¿Qué es la escuela? y, de a poco, vamos sistematizando un espacio de talleres para nuestra formación en el que vamos incorporando los temas y debates que creemos necesarios.  Les compartimos algunas aproximaciones que vamos realizando colectivamente.
Para saber qué es la escuela, necesariamente tenemos que conocer su origen e historia ya que sabemos que no siempre hubo escuelas y que su existencia no es una casualidad, sino que -como todo- se constituyeron en función de intereses. Y, rastreando esto en nuestra historia, nos encontramos con que la creación de la escuela fue uno de los elementos centrales en la consolidación del Estado porque fue el espacio privilegiado de transmisión de conocimiento, de formas de pensar, sentir  y hacer, que sirvieran a lo que llamaron “orden y progreso” para lograr la “civilización”. Enseguida nos surgen nuevos interrogantes que buscamos responder: ¿Qué significa ese “orden y progreso”? ¿De qué “civilización” hablan? ¿A quiénes beneficia? ¿Qué intereses están en juego?
Quienes deciden lo que debemos aprender, es decir, cuál debe ser nuestra identidad, cuáles deben ser nuestros referentes (por ejemplo, idolatrar a personajes nefastos como Colón, Sarmiento, Roca, etc.), cuál debe ser nuestra conducta para ser “normales”, a quiénes debemos respetar, qué está “bien” y que está “mal”, cómo debemos concebir el trabajo, cuál debe ser nuestro aspecto, buscan establecer una normalidad “natural” que permita el funcionamiento aceitado del sistema. Tratan de educarnos  para que no cuestionemos como son las cosas y que nos adaptemos sin siquiera preguntar. En particular, refiriéndonos a la escuela como uno de los pilares del  Estado, intentan que no lo pongamos en discusión nunca. Se crea consenso social acerca del Estado como garante de los derechos de todas las personas por igual. Nos dicen que “el Estado nos representa a todos” o incluso que “el Estado somos todos” buscando que asumamos que las instituciones que lo componen (el sistema educativo pero también las cárceles, el ejército, la policía y el poder judicial, legislativo y ejecutivo en sus distintas jurisdicciones) son ámbitos en los que están representados los intereses de todos y todas.
Pero vemos a nuestro alrededor y la injusticia y la desigualdad son moneda corriente. Y ahí está el Estado garantizando las reglas del juego para que nada cambie. Entonces pensamos que más allá de lo que nos enseñan este Estado promueve la desigualdad entre las clases sociales ya que permite que una minoría acumule riquezas a costa del trabajo de la gran mayoría, buscando disminuir los conflictos entre esas clases para que no se altere el orden establecido que ha sido determinado por esa minoría dominante.
La escuela  -y el sistema educativo en general- se constituyen  en correas de transmisión del Estado. Por eso la escuela es lo que es. No se trata de coincidencia, ni de falta de dinero o la excusa que nos quieran poner. La escuela es lo que el Estado quiere que sea.  Pero también están esos  momentos en los que la escuela nos enseña saberes que realmente sentimos que ayudan a liberarnos, o momentos en los que podemos hacer valer nuestros derechos.  Estos momentos tampoco son casuales. Son el resultado de las luchas históricas del pueblo, de docentes y estudiantes que se han organizado para lograr otra escuela y otra educación.
Siguen abriéndose puertas a la reflexión que no pretendemos cerrar. Porque precisamente a partir del análisis de “lo que hay” y de un proceso inacabado de debatir en torno a preguntar y repreguntarnos sobre lo que caminamos y lo que vamos a caminar, es que podremos ir ganando claridad en cuanto a qué hacer y cómo hacerlo, hacia la construcción de la tan necesaria educación  gratuita, laica, de calidad y al servicio del pueblo.  

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