Como estudiantes estamos orgullosos de ser parte de este homenaje, homenaje que recuerda a un hombre que no solo lo recordamos por lo que dijo, sino principalmente por su coherencia y consecuencia, por su praxis. Un hombre que aun hoy, nos sigue enseñando a pensar, a soñar, a luchar por aquellos sueños, a preguntarnos una y mil veces si esta injusta realidad que vivimos es la única posible.
Creemos que no, estamos convencidos de que esta realidad y esta injusticia es producto de la deshumanización del hombre, históricamente impuesta por este sistema, sistematizado, condicionado, creado por y para un único sector. El sector dominante, opresor, represor. Burgués. Oprimiendo, reprimiendo, determinando nuestra pobreza, la miseria, el hambre, el dolor, el sudor. Provocando, lo menos buscado, lo mas evitado, esquivado, censurado. Nuestra rebelión.
Usaron, y usan su poder, su fuerza para exterminarnos. Sus medios para transformarnos, para alienarnos, dominarnos. Usaron sus instituciones para callarnos, para desviarnos. Para formarnos dentro de esta y para esta sociedad. Para ser parte, para ser miembro; para ser cómplices de sus atrocidades. Mismas instituciones que utilizaron, y utilizan día a día, enseñándonos a ser eslabones de sus cadenas, desapareciendo la posibilidad de deconstruirla, de romperla, de acabarla, de crear no una cadena sino una esperanza.
Esa Esperanza que quieren robarnos, que quieren llevarse, pero que sigue en pie y cada vez más fuerte, siendo el motor de nuestros sueños.
Su herramienta principal, la educación, hoy forma o busca formarnos sin el contenido que nos hace humanos, que nos hace imaginar un mundo mejor, sin opresores ni oprimidos, sin grandes riquezas concentradas en algunos pocos por sobre grandes pobrezas masivamente humanas, sin tristeza. Su plan estratégicamente perfecto, el hacernos uno mas, un nuevo robot mecanizado en su cadena de producción respondiendo a su creador, a su beneficencia. El plan aparentaba ser perfecto, pero no se dieron cuenta, que de sus mismas herramientas nosotros podíamos apropiarnos. Esta falla en su planificación macabra, acabo en lo, por ellos, menos deseado. Nos condujo a rebelarnos, y en eso andamos, cuando pensamos que si existe una realidad mejor, en donde el hombre no siga siendo lobo del hombre, en donde la igualdad, la libertad, ya no sean solo esperanzas.
Hicimos de su falla, nuestro instrumento. Un instrumento útilmente necesario para nuestra liberación.
Nosotros, que si creemos posible otra realidad, creemos que esta llega de la mano de la organización y la participación. Como ciudadanos, como pueblo, como estudiantes comprometidos con la transformación social, como jóvenes inquietos, nos preguntamos que hacer, como hacerlo, para que hacerlo.
La juventud de hoy en día, no es menos rebelde que la de los ´70, no es menos inquieta, no es menos capaz, quizás este un poco adormecida, pero no es casual, fueron ellos, conquistadores, luego reyes y monarcas, hoy dueños de la tierra y de los medios, quienes se encargaron de vaciar de contenido critico el espíritu rebelde de todo joven por naturaleza.
Pero, a pesar de los intentos, aun vigentes, esa rebeldía que a muchos vincula la imagen del Che, como hombre revolucionario y transformador de sociedades, luchador y soñador, hoy sigue existiendo, y con esperanza decimos que con mas fuerzas que nunca, porque las injusticias cada vez son mas grandes, y es ahí, en las injusticias cometidas, donde despierta nuestro incentivo por la lucha hacia la liberación.
El Che, hoy contagia en nosotros, los jóvenes, no solo el espíritu de lucha, sino, también, el sentido mas humano de ser hombres. Ese espíritu inagotable de valentía y sabiduría.
Como parte del pueblo, como estudiantes comprometidos con la transformación social apostamos a nuestra organización, organizarnos para transformar la injusta realidad educativa de la que somos parte, porque pensamos, creemos, y estamos convencidos de que si alguien piensa por nosotros es por que no quiere que nosotros pensemos.
Es por esto que nos movemos en esa permanente búsqueda .
Somos los hombres y mujeres del pueblo los q debemos constituirnos como creadores de la historia, transformadores, re-creadores de la historia
Pero esta condición de estudiantes, hoy, nos llama a organizarnos para transformar esta realidad educativa, luchando por una educación laica, publica, gratuita, para el pueblo y del pueblo. Pensamos en la organización así como en la articulación de nuestras fuerzas, uniéndonos así, estudiantes secundarios, terciarios y universitarios. Haciendo frente y pertenencia de estos espacios que son nuestros, resistiendo a entregarlos a la burguesía que contamina y vacía cada vez más la curricula.
Como estudiantes es lógico que nos una la preocupación acerca de la realidad educativa, de la que somos parte, porque es con la convivimos permanentemente. Pero, como dijimos anteriormente, el sistema educativo es producto de un sistema social que es producto de un sistema de producción capitalista, que para subsistir necesita la división de las clases sociales. Donde la brecha entre una y otra cada es cada vez mas amplia, y donde la pobreza se ha convertido en un monstruo invencible, que ninguna medida de este estado está dispuesto a terminar con ella, y lejos de eso, lo que se piensa es en políticas represivas para garantizar la intangibilidad de sus riquezas y privilegios.
Nosotros como jóvenes no somos ajenos a esta realidad, que aunque venimos de sectores sociales distintos, nos une la indignación de ver la injusticia y por eso hoy estamos acá. Porque el Che, idealista, revolucionario, humanista, nos ha dejado un legado de lucha, de enseñanza y de ejemplo, y rescatamos de él su pensamiento revolucionario, su sensibilidad como hombre, su voluntad inquebrantable y su profundo amor a la humanidad.
Cuando hablamos de las injusticias que nos inquietan, hablamos de la rabia que nos produce ver cuantos pocos viven lujosamente, mientras los demás, nos desangramos, sin llegar a cubrir las necesidades básicas, nos indigna conocer el carácter de clase de la justicia, a la que solo acceden los que tienen dinero, y mas aun indigna que solo atrapan las cárceles a los pobres que roban sin opción mientras que quienes desfalcan empresas, y estafan al país permanecen en libertad. Nos da furor caminar por las calles de Córdoba y ver a cientos de niños y jóvenes, viviendo de limosnas; haciendo malabares o limpiando vidrios para llevar la subsistencia a sus hogares.
Nos indignan los planes sociales hipócritas que entrega el gobierno a quienes carecen de trabajo, que no alcanzan ni siquiera para mantenerse por encima de la línea de indigencia.
Nos brota ver como se destruyó y vació y desacreditó la educación pública, como se dejo de fortalecer y apostar a las escuelas del estado, como se impulsa e impulsó a que los que pueden compren educación como si fuera un bien del mercado y el resto que se eduque como pueda, sin política de becas, sin abonos gratuitos, sin comedores escolares para todos, sin libros, sin equipamiento, con docentes que corren de una escuela a la otra y no pueden detenerse a construir conocimiento crítico, sin apuestas serias, sistemáticas y de largo plazo a que sea la educación el arma de emancipación social.
Nos llena de bronca ver como se llenan la boca hablando de la nueva ley 26.061 de protección a los niños y adolescentes, pero se olvidan de hacer efectivos los derechos elementales: trabajo, vivienda, salud y educación.
En un estudio realizado recientemente, se publicó que el 47% de los niños de las zonas marginadas de Córdoba nunca han escuchado un cuento!
¿Cómo hablar de igualdad de accesibilidad a los derechos? A este sistema, no le es rentable acabar con el duro núcleo de la pobreza, y por ende los que hacen de ella son eternos olvidados.
Pero no solo nos indignan las injusticias, que hacemos propias, llegando a sentir un profundo dolor y movilizarnos para combatirlas. También nos indigna ver como el sistema de compra y venta ha buscado durante los últimos años incrementar el consumo cacareado, llegando a utilizar al enemigo como nuevo producto. Durante la última década, el auge de la mercantilización ha tenido lugar entre aquellos que de alguna forma u otra se oponen a este mismo sistema de producción; el che como figurita rebelde se vende en programas de televisión y en quioscos. El merchandising cada vez tiene una gama más extensa, desde llaveros hasta almanaques hoy se consiguen con la cara del Che. Pero el sistema capitalista, generador de esta nueva sociedad consumista del producto diseñado para la rebeldía, y exclusivamente para los jóvenes, no es compatible con su mensaje y su pensamiento. Lo que se vende no son ideas antiimperialistas, sino un logotipo vaciado de contenido revolucionario. Pocos de aquellos que lucen la imagen de Guevara en sus mochilas y calcomanías saben verdaderamente quien fue, o comparten su amor a la humanidad. El sistema, se encarga, para su beneficencia de degradar la imagen del che al punto de que llevar su remera, hoy ya no signifique siquiera conocerlo. Y en esto, no es menor el aporte de los medios de comunicación, completamente monopolizados, que pervierte al Che Guevara en su lucha y acción; sin dejar de fomentar el consumo de su seudo significado.
Decimos seudo significado, ya que el Che no es consumo, no es capital. Ernesto Guevara es símbolo de lucha y de rebelión. Es teoría y práctica. Es solidaridad, es trabajo voluntario, es voluntad. Es amor humano. Es Revolución. Es ternura y firmeza. Es nuestra esperanza viva.
Como dijo Fidel: “esta sociedad tiene sed de justicia”. Así las injusticias, reflejadas en la profunda indignación que sentimos, nos provocan además de un gran dolor, la necesidad de luchar y pelear. Por justicia, por libertad. Y el Che Guevara fue un gran combatiente, por sobre todas las cosas, contra la injusticia. Y esa lucha, hoy continúa en argentina, así como en toda América Latina y en el mundo.
América latina que toda hoy como lo decía el Che en su discurso a
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